Mauri96/sandbox 3 |
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Carlos López Degregori ( Lima, Perú, 14 de dicimbre de 1952), es un poeta y profesor peruano.
Pasó sus primeros años en Collique, que en aquel entonces era una zona agrícola no urbana, ya que su padre era
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Importantes críticos han escrito sobre la obra poética de Enrique Verástegui, entre ellos tenemos a David Wood, Alba Delia Fede, Paul Guillén, Violeta Barrientos, Jordi Royo, Eric Jansen, Maria Negroni, Jacobo Sefamí, Edmundo de la Sota, Nuria Vilanova, Jill S. Kuhnheim, James Higgins, José Ignacio López Soria, Luis Alberto Sánchez, Augusto Tamayo Vargas, Ricardo González Vigil, Gustav Siebermann, Alfonso La Torre, Antonio José Trigo, César Toro Montalvo, Miguel Ángel Zapata, José Beltrán Peña, Miguel Ildefonso Huanca, Jorge Luis Roncal, Brenda Camacho, Edmundo de la Sota, Jesús Malia, todos ellos coinciden en situar su poesía como una de las más altas del continente en lengua española.
thumb|200px|Verástegui en su casa de la Molina. (Fotos: Micaela Gonzales)
"Limpia emoción humana. Impresionante espontaneidad e intimidad. Sus versos poseen un ritmo alterno e interno. El verso se amarra a un concepto o a una metáfora, y construye así una trabazón interna, sin costuras visibles, compacta y, no obstante, yuxtapuesta y móvil".
"Verástegui es el poeta joven más importante de habla castellana".
"Corresponde, conforme a nuestro entender, a Verástegui el cetro del más grande poeta vivo del país".
"Quema, transporta, transfigura. Hoja, flor, incendia, abraza, conjura, abre, totaliza, desnuda y nos desnuda como hombres, como autor y lectores que atinamos a ejercer cabalmente nuestra humanidad, la compartida savia de la especie. Torna a encarnar así la misión principal del lenguaje más radical y auténtico, más anclado en el origen del ser, el de la Poesía: revelación, iluminación y profecía en permanente novedad. Inaugura la vida. Arde en la zarza, clama en el desierto, separa las aguas encontradas y agita tempestades. Metamorfosea al escritor, a la página en blanco y al lector en espíritu, oasis, pascua, comunión, utopía. Ave Fénix, entrecruza flores de hierba y paraísos recuperados, siempre distinta, siempre igual. Escritura desmesurada, virtuosa, desatada, intelectualista y embarrada de vida".
"El aporte de Verástegui a la poesía en lengua española merece mayor reconocimiento que el que está recibiendo, ausente en pretenciosas antologías editadas en España en esta década (figuraba, en cambio, en las antologías de los años 80 y 90, aparecidas en México y diversos países). Numerosos poemas excelentes de “En los extramuros del mundo” (1971), “Angelus Novus” (2 tomos, 1989-1990) y sus otros libros lo ungen como una de las voces capitales surgidas en los años 70, acaso el más dotado y complejo en niveles discursivos y recursos expresivos.
Ninguneado, Verástegui nos interpela: “Florecí más que nadie / pero perfidia cayó sobre mí, / doblándome como una flor, / herrumbrándome, y fui silenciado. / Maitreya pasó desapercibido como una sombra por la vida, / ¿no dan ganas de llorar?” (pág. 33). Pero el tiempo es el mejor crítico literario; hará justicia a su inmenso talento poético".
"Verástegui, acumula, poema tras poema, una mezcla extraña de conocimiento y transparencia poética".
"Así, uno de los poetas más vastos y emblemáticos de hoy: Enrique Verástegui, encarna hasta sus extremos una nostalgia que es una sed por algo; por un orden, por una armonía general de las cosas y de las palabras, que si está en alguna parte, como toda nostalgia no puede sino estar en el futuro. Así, desde su temprano Los extramuros del mundo hasta sus Ángelus y Ética, su poesía va trazando bajo la forma de un horizonte utópico, un esfuerzo que quiere recogerlo todo, nombrarlo todo, reescribirlo todo, y cuya resolución final debe buscarse en la belleza siempre irreparable que implican las derrotas. Lo conmovedor de su obra, me atrevo a hablar de la soledad de su obra, de su incomprensión, es que en ella sí están las claves cifradas de una respuesta posible a ese sacrificio inaugural, a ese por qué debo, por qué debemos morir. Como Vallejo, las derrotas del mundo son a menudo un triunfo de la poesía y la escritura de Verástegui, su alucinada amplitud, sus extremos, nos está mostrando la cara de un futuro y de un idioma que le adeuda a todas sus víctimas, a todos sus incomprendidos, a todos nuestros territorios, el rostro radiante de sus ángeles nuevos".
"Sin duda, la obra del poeta peruano Enrique Verástegui es la que ha llegado más lejos, la que más ha tensionado el poema hasta sus invisibles límites con la ciencia, la mística, el arte. Toda la sabiduría humana se puede encontrar en uno de sus escritos, si es que pudiéramos entender desde la literatura lo qué es la sabiduría y lo qué es lo humano. En cada uno de sus libros una extraña forma entender el mundo se conjuga con un lirismo devastadoramente sublime, que hace que cada uno de sus excesos sea a la vez una mínima gota de ese mar que es su mente. El desborde total de su imaginario es quizá la comprobación de hasta donde puede llegar la poesía, e incluso más allá de la propia palabra, la propia voz, porque en la obra de Verástegui se oye no sólo a una generación de poetas latinoamericanos de avanzada, no sólo por su inicial fliación con Hora Zero o con los Infrarrealistas, sino que también con las más nuevas poéticas que han hecho de la radicalidad un estandarte a los nuevos desórdenes de los sistemas mundiales. Tanto su monumental Ética, como la genialidad irreverente y certera de su trabajo ensayístico, son un giro anómalo que no ha podido ser superado hasta el día de hoy. La profundidad de su visión responde a cuestionamientos que seguramente se harán el día de mañana".
"Los resultados de la encuesta a 137 “representantes calificados de nuestra comunidad literaria” para determinar qué poetas deben figurar en la antología consultada de la poesía peruana del periodo 1968-2008 que publicará la Universidad de Lima han sido, en buena medida, los esperados... El 1er. puesto fue para En los extramuros del mundo, de Verástegui, y el 2º para Noches de adrenalina, de Ollé, con 23 y 19 votos, respectivamente, y el 5º para Perro negro, de Montalbetti, con 8".
"Está el Verástegui de la brillante obra juvenil que sigue siendo la más popular. Está el Verástegui que sube a un vuelo de mucho mayor cota, pero de pronto se ve incomprendido y solitario en su espiral ascencional. Su alta mente de gran poeta ha encontrado horizontes realmente sublimes en la confluencia de la intuición filosófica con la matemática y la poética. Como casi todos estamos inmersos en el empirismo y racionalismo que nos enseñan en el colegio y en los medios, pensamos que es una divagación.
Todo lo contrario. Las referidas intuiciones poético-metafisico-matemáticas de Verástegui son saetas dirigidas al meollo de la realidad. A lo que está detrás del aparente caos móvil, aparentemente post-ético, aparentemente insoluble, del mundo actual. Y Verástegui viene con sus intuiciones a rescatar la visión de las realidades mayores, haciendo geniales aportes de conocimiento".
"A comienzos de la década del 90, Películas El Pacífico emprendió la producción de una inusual serie de semblanzas fílmicas de poetas peruanos vivos: Carlos Germán Belli, Washington Delgado, Javier Sologuren y Enrique Verástegui, y cuya dirección encargó a Silvia Kantor, Juan Carlos Torrico, José Antonio Portugal y Edgardo “Cartucho” Guerra, respectivamente. Uno de ellos, Para vivir mañana: Enrique Verástegui (1991) fue premiado como el mejor corto documental en el quinto Festival Nacional de Cortometrajes, organizado por la Asociación de Cineastas del Perú (ACDP). Lo comenta el crítico Emilio Bustamante: Muy bien respaldado por la fotografía y la edición de Gianfranco Annichini, Edgardo Guerra maneja con sobriedad, buen ritmo y algunos clichés los ejes de lo urbano, lo erótico y lo marginal con relación al testimonio de Verástegui, logrando un film atractivo, liviano, mas no superficial, capaz de acercar al poeta al “gran público” y, a fin de cuentas, modesto y respetuoso, todo lo contrario de los solemnes plomazos de Kantor y Torrico".
Categoría:Alumnado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Categoría:Limeños Categoría:Escritores del Perú Categoría:Nacidos en 1952 Categoría:Poesía moderna Categoría:Poetas del Perú
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Carlos López Degregori ( Lima, Perú, 14 de dicimbre de 1952), es un poeta y profesor peruano.
Pasó sus primeros años en Collique, que en aquel entonces era una zona agrícola no urbana, ya que su padre era
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Importantes críticos han escrito sobre la obra poética de Enrique Verástegui, entre ellos tenemos a David Wood, Alba Delia Fede, Paul Guillén, Violeta Barrientos, Jordi Royo, Eric Jansen, Maria Negroni, Jacobo Sefamí, Edmundo de la Sota, Nuria Vilanova, Jill S. Kuhnheim, James Higgins, José Ignacio López Soria, Luis Alberto Sánchez, Augusto Tamayo Vargas, Ricardo González Vigil, Gustav Siebermann, Alfonso La Torre, Antonio José Trigo, César Toro Montalvo, Miguel Ángel Zapata, José Beltrán Peña, Miguel Ildefonso Huanca, Jorge Luis Roncal, Brenda Camacho, Edmundo de la Sota, Jesús Malia, todos ellos coinciden en situar su poesía como una de las más altas del continente en lengua española.
thumb|200px|Verástegui en su casa de la Molina. (Fotos: Micaela Gonzales)
"Limpia emoción humana. Impresionante espontaneidad e intimidad. Sus versos poseen un ritmo alterno e interno. El verso se amarra a un concepto o a una metáfora, y construye así una trabazón interna, sin costuras visibles, compacta y, no obstante, yuxtapuesta y móvil".
"Verástegui es el poeta joven más importante de habla castellana".
"Corresponde, conforme a nuestro entender, a Verástegui el cetro del más grande poeta vivo del país".
"Quema, transporta, transfigura. Hoja, flor, incendia, abraza, conjura, abre, totaliza, desnuda y nos desnuda como hombres, como autor y lectores que atinamos a ejercer cabalmente nuestra humanidad, la compartida savia de la especie. Torna a encarnar así la misión principal del lenguaje más radical y auténtico, más anclado en el origen del ser, el de la Poesía: revelación, iluminación y profecía en permanente novedad. Inaugura la vida. Arde en la zarza, clama en el desierto, separa las aguas encontradas y agita tempestades. Metamorfosea al escritor, a la página en blanco y al lector en espíritu, oasis, pascua, comunión, utopía. Ave Fénix, entrecruza flores de hierba y paraísos recuperados, siempre distinta, siempre igual. Escritura desmesurada, virtuosa, desatada, intelectualista y embarrada de vida".
"El aporte de Verástegui a la poesía en lengua española merece mayor reconocimiento que el que está recibiendo, ausente en pretenciosas antologías editadas en España en esta década (figuraba, en cambio, en las antologías de los años 80 y 90, aparecidas en México y diversos países). Numerosos poemas excelentes de “En los extramuros del mundo” (1971), “Angelus Novus” (2 tomos, 1989-1990) y sus otros libros lo ungen como una de las voces capitales surgidas en los años 70, acaso el más dotado y complejo en niveles discursivos y recursos expresivos.
Ninguneado, Verástegui nos interpela: “Florecí más que nadie / pero perfidia cayó sobre mí, / doblándome como una flor, / herrumbrándome, y fui silenciado. / Maitreya pasó desapercibido como una sombra por la vida, / ¿no dan ganas de llorar?” (pág. 33). Pero el tiempo es el mejor crítico literario; hará justicia a su inmenso talento poético".
"Verástegui, acumula, poema tras poema, una mezcla extraña de conocimiento y transparencia poética".
"Así, uno de los poetas más vastos y emblemáticos de hoy: Enrique Verástegui, encarna hasta sus extremos una nostalgia que es una sed por algo; por un orden, por una armonía general de las cosas y de las palabras, que si está en alguna parte, como toda nostalgia no puede sino estar en el futuro. Así, desde su temprano Los extramuros del mundo hasta sus Ángelus y Ética, su poesía va trazando bajo la forma de un horizonte utópico, un esfuerzo que quiere recogerlo todo, nombrarlo todo, reescribirlo todo, y cuya resolución final debe buscarse en la belleza siempre irreparable que implican las derrotas. Lo conmovedor de su obra, me atrevo a hablar de la soledad de su obra, de su incomprensión, es que en ella sí están las claves cifradas de una respuesta posible a ese sacrificio inaugural, a ese por qué debo, por qué debemos morir. Como Vallejo, las derrotas del mundo son a menudo un triunfo de la poesía y la escritura de Verástegui, su alucinada amplitud, sus extremos, nos está mostrando la cara de un futuro y de un idioma que le adeuda a todas sus víctimas, a todos sus incomprendidos, a todos nuestros territorios, el rostro radiante de sus ángeles nuevos".
"Sin duda, la obra del poeta peruano Enrique Verástegui es la que ha llegado más lejos, la que más ha tensionado el poema hasta sus invisibles límites con la ciencia, la mística, el arte. Toda la sabiduría humana se puede encontrar en uno de sus escritos, si es que pudiéramos entender desde la literatura lo qué es la sabiduría y lo qué es lo humano. En cada uno de sus libros una extraña forma entender el mundo se conjuga con un lirismo devastadoramente sublime, que hace que cada uno de sus excesos sea a la vez una mínima gota de ese mar que es su mente. El desborde total de su imaginario es quizá la comprobación de hasta donde puede llegar la poesía, e incluso más allá de la propia palabra, la propia voz, porque en la obra de Verástegui se oye no sólo a una generación de poetas latinoamericanos de avanzada, no sólo por su inicial fliación con Hora Zero o con los Infrarrealistas, sino que también con las más nuevas poéticas que han hecho de la radicalidad un estandarte a los nuevos desórdenes de los sistemas mundiales. Tanto su monumental Ética, como la genialidad irreverente y certera de su trabajo ensayístico, son un giro anómalo que no ha podido ser superado hasta el día de hoy. La profundidad de su visión responde a cuestionamientos que seguramente se harán el día de mañana".
"Los resultados de la encuesta a 137 “representantes calificados de nuestra comunidad literaria” para determinar qué poetas deben figurar en la antología consultada de la poesía peruana del periodo 1968-2008 que publicará la Universidad de Lima han sido, en buena medida, los esperados... El 1er. puesto fue para En los extramuros del mundo, de Verástegui, y el 2º para Noches de adrenalina, de Ollé, con 23 y 19 votos, respectivamente, y el 5º para Perro negro, de Montalbetti, con 8".
"Está el Verástegui de la brillante obra juvenil que sigue siendo la más popular. Está el Verástegui que sube a un vuelo de mucho mayor cota, pero de pronto se ve incomprendido y solitario en su espiral ascencional. Su alta mente de gran poeta ha encontrado horizontes realmente sublimes en la confluencia de la intuición filosófica con la matemática y la poética. Como casi todos estamos inmersos en el empirismo y racionalismo que nos enseñan en el colegio y en los medios, pensamos que es una divagación.
Todo lo contrario. Las referidas intuiciones poético-metafisico-matemáticas de Verástegui son saetas dirigidas al meollo de la realidad. A lo que está detrás del aparente caos móvil, aparentemente post-ético, aparentemente insoluble, del mundo actual. Y Verástegui viene con sus intuiciones a rescatar la visión de las realidades mayores, haciendo geniales aportes de conocimiento".
"A comienzos de la década del 90, Películas El Pacífico emprendió la producción de una inusual serie de semblanzas fílmicas de poetas peruanos vivos: Carlos Germán Belli, Washington Delgado, Javier Sologuren y Enrique Verástegui, y cuya dirección encargó a Silvia Kantor, Juan Carlos Torrico, José Antonio Portugal y Edgardo “Cartucho” Guerra, respectivamente. Uno de ellos, Para vivir mañana: Enrique Verástegui (1991) fue premiado como el mejor corto documental en el quinto Festival Nacional de Cortometrajes, organizado por la Asociación de Cineastas del Perú (ACDP). Lo comenta el crítico Emilio Bustamante: Muy bien respaldado por la fotografía y la edición de Gianfranco Annichini, Edgardo Guerra maneja con sobriedad, buen ritmo y algunos clichés los ejes de lo urbano, lo erótico y lo marginal con relación al testimonio de Verástegui, logrando un film atractivo, liviano, mas no superficial, capaz de acercar al poeta al “gran público” y, a fin de cuentas, modesto y respetuoso, todo lo contrario de los solemnes plomazos de Kantor y Torrico".
Categoría:Alumnado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Categoría:Limeños Categoría:Escritores del Perú Categoría:Nacidos en 1952 Categoría:Poesía moderna Categoría:Poetas del Perú